Traemos esta noticia que ha aparecido en la prensa gipuzkoana.
La AP-1 se abrirá por completo a comienzos de 2009 y unirá Eibar y Vitoria en 25 minutos
unos 25.000 coches pasarán cada día por los 46 kilómetros de esta vía
El tramo Eibar-Arrasate y la parte alavesa de la autopista ya están operativos
Gipuzkoa se encuentra actualmente inmersa en uno de los mayores procesos de transformación de su historia reciente en lo que a infraestructuras viarias se refiere. Mientras en la A-8 se siguen llevando a cabo obras de ampliación a tres carriles en los tramos de mayor intensidad de tráfico, la sociedad pública Bidegi continúa con los proyectos de culminación del corredor del Urumea, el Segundo Cinturón de Donostia o la autopista que unirá Eibar y Vitoria salvando el puerto de Arlaban.
Los obstáculos que el territorio pone en el camino, sin embargo, podrían dificultar el cumplimiento de los plazos establecidos para la conclusión de esta última infraestructura, la AP-1, un faraónico proyecto viario que constituye la obra más ambiciosa, y también más costosa, de las que aborda la Diputación Foral de Gipuzkoa. Y es que, de los 32 kilómetros que suma esta autopista en el territorio, un tercio se están excavando a través de montañas (con 12 túneles) y otros 5 kilómetros discurrirán sobre 14 viaductos.
Tras varios derrumbes en túneles y numerosas complicaciones y retrasos provocados por las dificultades del terreno, la institución foral fija a comienzos del próximo año el calendario previsto para la apertura del trazado completo de esta autopista, que ya se encuentra operativa entre Eibar y Arrasate.
Así, aún habrá que esperar algunos meses para circular por los 17 kilómetros que conforman los dos últimos tramos guipuzcoanos de la AP-1, el que une Arrasate y Eskoriatza (6,3 kilómetros) y el que conecta esta última localidad con Álava (10,8 kilómetros) bajo el puerto de Arlaban y a través del que será el túnel más largo de Euskadi, el de Isuzkitza, con más de tres kilómetros bajo la montaña. Tras la apertura de este recorrido, se abrirá un camino en la histórica muralla geológica que separa Álava del valle del Deba y los conductores podrán llegar desde Eibar hasta Vitoria en apenas 25 minutos.
En la actualidad, 9.000 vehículos circulan cada día por los 15 kilómetros ya operativos, los que unen Eibar y Arrasate. Además, cuando se han cumplido apenas dos meses de la apertura del primer tramo alavés de la AP-1, ya se conocen los primeros datos de uso de los 6,2 kilómetros que unen Etxabarri Ibiña con Luko, que registran una media de 1.596 coches cada jornada.
Las previsiones de Bidegi, sin embargo, van mucho más allá y señalan que, una vez que la autopista esté terminada y conecte Eibar con la capital alavesa, serán 25.000 los vehículos que circulen a diario por esta carretera en su tramo guipuzcoano.
obras avanzadas Para que la complicada geografía guipuzcoana no retrase más la apertura de esta vía (cuya puesta en servicio lleva aplazándose desde 2007), el director técnico de Bidegi, Agustín Zugasti, explica que "se está trabajando a buen ritmo con el fin de cumplir los plazos previstos".
El ingeniero afirma que, en el tramo Eskoriatza-Isuzkitza, ya están levantados los cinco viaductos previstos: Marín (548 m.), Zarimutz (468 m.), Mazmela (404 m.), Uztarreta (220 m.) y Apotzaga (180 m.). Además, "se van solucionando" las complicaciones del túnel de Isuzkitza (Arlaban), donde la aparición de "vetas de terreno anómalas" en la excavación obligó a reforzar el revestimiento interior, que ya se ha concluido en uno de los tubos y está a punto de hacerlo en el otro.
En el caso de Zarimutz, Zugasti indica que todavía se está trabajando, especialmente en la zona donde, en diciembre del pasado año, se produjo un considerable derrumbe que sepultó parte del túnel.
El tramo que conecta Arrasate y Eskoriatza se encuentra también "bastante avanzado", en palabras del director técnico de Bidegi, aunque algunos de los viaductos aún no están rematados. Es el caso del de Arbizelai, un enorme puente atirantado que salva sin apoyos el río Deba y que se rematará este mes.
Así, con las infraestructuras del tramo guipuzcoano de la AP-1 prácticamente terminadas, sólo quedará la explanación de la carretera y la colocación del firme para terminar la conexión entre Eibar y Vitoria.
La AP-1 se abrirá por completo a comienzos de 2009 y unirá Eibar y Vitoria en 25 minutos
unos 25.000 coches pasarán cada día por los 46 kilómetros de esta vía
El tramo Eibar-Arrasate y la parte alavesa de la autopista ya están operativos
Gipuzkoa se encuentra actualmente inmersa en uno de los mayores procesos de transformación de su historia reciente en lo que a infraestructuras viarias se refiere. Mientras en la A-8 se siguen llevando a cabo obras de ampliación a tres carriles en los tramos de mayor intensidad de tráfico, la sociedad pública Bidegi continúa con los proyectos de culminación del corredor del Urumea, el Segundo Cinturón de Donostia o la autopista que unirá Eibar y Vitoria salvando el puerto de Arlaban.
Los obstáculos que el territorio pone en el camino, sin embargo, podrían dificultar el cumplimiento de los plazos establecidos para la conclusión de esta última infraestructura, la AP-1, un faraónico proyecto viario que constituye la obra más ambiciosa, y también más costosa, de las que aborda la Diputación Foral de Gipuzkoa. Y es que, de los 32 kilómetros que suma esta autopista en el territorio, un tercio se están excavando a través de montañas (con 12 túneles) y otros 5 kilómetros discurrirán sobre 14 viaductos.
Tras varios derrumbes en túneles y numerosas complicaciones y retrasos provocados por las dificultades del terreno, la institución foral fija a comienzos del próximo año el calendario previsto para la apertura del trazado completo de esta autopista, que ya se encuentra operativa entre Eibar y Arrasate.
Así, aún habrá que esperar algunos meses para circular por los 17 kilómetros que conforman los dos últimos tramos guipuzcoanos de la AP-1, el que une Arrasate y Eskoriatza (6,3 kilómetros) y el que conecta esta última localidad con Álava (10,8 kilómetros) bajo el puerto de Arlaban y a través del que será el túnel más largo de Euskadi, el de Isuzkitza, con más de tres kilómetros bajo la montaña. Tras la apertura de este recorrido, se abrirá un camino en la histórica muralla geológica que separa Álava del valle del Deba y los conductores podrán llegar desde Eibar hasta Vitoria en apenas 25 minutos.
En la actualidad, 9.000 vehículos circulan cada día por los 15 kilómetros ya operativos, los que unen Eibar y Arrasate. Además, cuando se han cumplido apenas dos meses de la apertura del primer tramo alavés de la AP-1, ya se conocen los primeros datos de uso de los 6,2 kilómetros que unen Etxabarri Ibiña con Luko, que registran una media de 1.596 coches cada jornada.
Las previsiones de Bidegi, sin embargo, van mucho más allá y señalan que, una vez que la autopista esté terminada y conecte Eibar con la capital alavesa, serán 25.000 los vehículos que circulen a diario por esta carretera en su tramo guipuzcoano.
obras avanzadas Para que la complicada geografía guipuzcoana no retrase más la apertura de esta vía (cuya puesta en servicio lleva aplazándose desde 2007), el director técnico de Bidegi, Agustín Zugasti, explica que "se está trabajando a buen ritmo con el fin de cumplir los plazos previstos".
El ingeniero afirma que, en el tramo Eskoriatza-Isuzkitza, ya están levantados los cinco viaductos previstos: Marín (548 m.), Zarimutz (468 m.), Mazmela (404 m.), Uztarreta (220 m.) y Apotzaga (180 m.). Además, "se van solucionando" las complicaciones del túnel de Isuzkitza (Arlaban), donde la aparición de "vetas de terreno anómalas" en la excavación obligó a reforzar el revestimiento interior, que ya se ha concluido en uno de los tubos y está a punto de hacerlo en el otro.
En el caso de Zarimutz, Zugasti indica que todavía se está trabajando, especialmente en la zona donde, en diciembre del pasado año, se produjo un considerable derrumbe que sepultó parte del túnel.
El tramo que conecta Arrasate y Eskoriatza se encuentra también "bastante avanzado", en palabras del director técnico de Bidegi, aunque algunos de los viaductos aún no están rematados. Es el caso del de Arbizelai, un enorme puente atirantado que salva sin apoyos el río Deba y que se rematará este mes.
Así, con las infraestructuras del tramo guipuzcoano de la AP-1 prácticamente terminadas, sólo quedará la explanación de la carretera y la colocación del firme para terminar la conexión entre Eibar y Vitoria.
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