Adolfo MUÑOZ «TXIKI»,Secretario General de ELA,Afirma que la unidad de acción entre centrales sindicales y
colectivos sociales en Hego Euskal Herria «es un tesoro» que «se debe
mantener». Según dice el líder de ELA, la necesidad de sacar a la calle
la rabia de la población debe provocar un giro de 180 grados en las
políticas. Porque «lo que viene ca a ser tremendo. O luchamos, o nos
dejan en la miseria»,
El secretario general de ELA cree esencial la movilización. Para
Adolfo Muñoz, la huelga general supone «inyectar» conciencia
reivindicativa a la sociedad, porque habrá más paro y pobreza.
El 26 de setiembre será la quinta huelga general en tres años y medio, ¿qué conclusiones se pueden extraer?
La primera fue el 21 de mayo de 2009. Teníamos razón. Todo el
establishment político, mediático, económico y sindical se opuso al
mensaje que dio la mayoría sindical de que si no se cambiaban las
políticas vendrían los recortes. A partir de ahí, la quinta huelga la
protagoniza un movimiento sindical y social que ha sido capaz de crear
un espacio de interpelación, de propuesta, de socialización y de
movilización que es un tesoro. Hay que mantenerlo. Las huelgas generales
son un elemento imprescindible para sensibilizar y concienciar ante lo
que está sucediendo. Porque a la codicia de los que mandan, que utilizan
como a unos títeres a la clase política que les está dando cobertura,
nada le es suficiente. En esta quinta huelga sabemos que lo que han
hecho es muy duro, pero lo que viene, que está por ver, será tremendo:
más paro, mayor pobreza y miseria.
¿No queda más remedio que la movilización?
Así lo entendemos. La única posibilidad de que cambie la política la va a conseguir la movilización social.
¿Por qué no cambian los políticos de manera de actuar?
El «Der Spiegel» alemán llevó a portada unos días atrás a los
políticos como Helmut Kohl, Gerhard Schröder y otros en la que decía
«estar en la política es rentable. Servidores públicos a forrarse en lo
privado». La política no quiere una dialéctica con la pobreza y con el
paro, pero la élite política y económica están dando cobertura al
saqueo. Comparten un modelo. Están aprovechando una crisis que nada
tiene que ver ni con el gasto social, ni los salarios ni nada que se le
parezca, para provocar un nuevo trasvase de dinero de nuestros bolsillos
a los del capital. Es una «vampirización» de la economía. Por eso, la
movilización interpela a la política. A todos, no solo al PP, para que
escuchen el clamor social y cambien las políticas que tienen un mismo
común denominador. El problema no es que nos movilicemos, sino que la
movilización social, hoy por hoy, no ha conseguido todavía que la
política cambie de rumbo. Tenemos que insistir para lograrlo.
Con todo lo que está cayendo, no hay una respuesta contundente, ¿no le parece?
Tenemos la responsabilidad de explicar, según comentaba con un
compañero, a los que tienen hoy un trabajo que puede ser digno, que sus
hijos no van a tenerlo. Les tienes que explicar que sus padres, cuando
se fueron, nos dejaron una sociedad más digna, más humana. Hoy esto es
un proceso de deshumanización terrible. Es importante lo que estamos
haciendo. No va a haber derechos individuales si no hay movilización
colectiva. Es una dialéctica permanente. Si no quieres que tu espacio
poroso te lo gane Esperanza Aguirre (PP) y su ideología, tienes que
plantear elementos de resistencia: intelectuales e ideológicos. Porque
esto no tiene nada que ver con gestores, sino con la ideología. No lo
arreglamos entre todos. Hay quienes no quieren arreglarlo. Entre todos,
no vale. Hay que abrir una crisis política real. La política que se
atreva a romper con este status quo fatal, en donde todavía no hemos
visto la profundidad del abismo social, empalma con nosotros. Tiene que
aparecer con credibilidad. Es un sumatorio.
¿A qué se refiere?
A que tenemos una situación de que no hay crédito, cae la
recaudación, hay evasión de capitales, hay ataques a los salarios, o que
los rescates son dinero de ida y vuelta para que cobren los bancos
alemanes y franceses. No se va a ver un duro en todo esto. La economía
especualtiva funciona como siempre, son ayudas condicionadas a que se
sigan haciendo recortes. Ahí está Portugal. El otro día le preguntaban a
un sociólogo portugués qué diferencia hay entre el Estado español y
Portugal. Contestó que un año. Cada una de las cinco reformas
financieras iban a ser la panacea, pero estamos muchísimo peor. Todo el
dinero que ha llegado ha ido a un saco sin fondo. Ha habido un rescate a
la banca de 100.000 millones condicionado a recortes sociales por valor
de 102.000 millones. Se está discutiendo que el dinero que venga es
para devolver el dinero a los prestamistas. Para eso han modificado la
Constitución española, para pagar primero a los acreedores. Eso tiene
que terminar.
¿Debemos recortar los salarios como siguen diciendo algunos?
Hay un ataque a los salarios desproporcionado. Estamos inmensamente
preocupados. Han obtenido una reforma brutal y estamos asistiendo a una
secuencia de chantajes en las empresas con apoyo político. Joseba Egibar
(PNV) en Gipuzkoa dijo que los trabajadores nos tenemos que sacrificar y
reducir el salario. Ellos saben que si caen los salarios, cae el
empleo. Porque nos llevan al colapso de la economía real. Están quitando
todo el dinero de la economía real para salvar a unos sinvergüenzas que
actúan con una inmensa impunidad y con la complicidad política.
¿Todavía no hemos tocado fondo en esta caída?
No. Todavía no se ha visto la profundidad del abismo social al que
nos conducen estas políticas. La gente tiene que mirar a Grecia y
Portugal. En grados distintos, vamos ahí, con una élite política que
quiere convivir pacíficamente con un drama. Por eso, ante esta
emergencia social hemos buscado una interpelación a la política para que
digan lo que esconden. El sistema español ha convertido la deuda
privada en pública para pagarla con recortes. El PSOE impulsó la
modificación de la Constitución española. No se ha arrepentido ningún
socialista de dar un golpe antisocial, y van a Rodiezmo con UGT de
paseo. Nos han cambiado el fin de lo público. Ahora toca que los
especuladores cobren. Te dicen cúal es el límite de gasto y que la
política fiscal no se modifica, y en base a políticas básicas te obligan
a lo que tienes que hacer. Es tremendo todo esto. No hay derecho.
¿La actuación de Patxi López oponiéndose a las decisiones que llegan desde Madrid es un acto de hipocresía?
Patxi López ha convocado elecciones porque sabe que el resultado que
obtendrá ahora es mejor que si tiene que aplicar los recortes que
llegarán. El que le sustituya sabe eso también. Lo saben todos. La
hipocresía de Patxi López es que no parece que es del partido que ha
dado el golpe antisocial y ha aceptado el nivel de déficit altísimo. A
partir de ahí, se pone el disfraz de socialdemócrata porque estamos en
campaña. Ha gobernado con el PP hasta hace cuatro días.
¿Hay que romper amarras con Madrid?
Sí. Hay que juntar a quienes hablan de autogobierno y quienes
hablamos de soberanía. Hay que juntar la reivindicación de horizonte
con la oportunidad social. Nunca como ahora ha habido elementos
sociales para aprovechar con lo mal que lo está pasando la gente. Hay
que llenar de contenido la reivindicación finalista. Eso empieza con
desobedecer a Mariano Rajoy y plantear políticas alternativas. Si no lo
haces, harás lo mismo que él. Necesitamos políticos que se atrevan a
decir no.
¿Cree que los políticos vascos van a hacer ese plante?
No lo vemos, y es muy trasversal. Luchamos para eso y si se produce,
lo vamos a aplaudir. Si la política se deja arrastrar, estamos perdidos.
Porque lo que está por llegar, será muy duro.
¿Qué le parece la actitud de CCOO y UGT que se han posicionado en contra de la huelga general del 26 de setiembre?
Nos hubiera gustado que hubieran respetado el ámbito sindical
mayoritario en Euskal Herria. En España el partido del Gobierno es muy
falangista y en esta crisis está aprovechando para meterse y quitarse
de en medio al movimiento social y sindical.
CCOO y UGT han participado con Rajoy y Merkel allí donde se
negociaban los recortes. La canciller alemana les ha puesto como ejemplo
frente a sindicatos alemanes y pasean en baño de masas al PSOE en
Rodiezmo. Tampoco nos vale cuando dicen que el diálogo social funciona
en Hego Euskal Herria y, además, nos parece durísimo que CCOO en
Nafarroa haya utilizado la ley española para impedir que ELA promueva
elecciones sindicales, aunque un tribunal les ha tenido que poner en su
sitio en su pretensión de ir contra la libertad sindical.
Somos respetuosos en las movilizaciones en el Estado español. CCOO y
UGT tendrían que haberla convocado ya. Saben lo que viene. El
sindicalismo y los movimientos sociales si quieren condicionar algo, lo
deben hacer desde fuera y desde abajo.